Mis Dos Cuadros

Siempre quise incursionar en cuanta rama del arte me fuera posible. Menos bailar. Bailar me gusta solamente en el boliche, con un trago en la mano y cubierto de sudor.
Cuando era chico dibujaba muy bien, era muy creativo. Pero después no seguí auto fomentándome esa forma artística y creo que con el tiempo se me extinguió.
Sin embargo, cuando todavía vivía con mi ex, me entraron muchas ganas de pintar. Creo que fue porque vi a la mamá de una amiga mía que es pintora y pensé: “¡Que arte hay en esas manos! ¡Quiero ser como ella!¡Mañana!”

No pude con mi ansiedad. Me fui a un negocio de arte plástico y me compre unos bastidores, unas pinturas acrílicas, un par de pinceles y me quede mirando la tela blanca durante 4 horas sin saber que carajo hacer.
En un momento tome el pincel y empecé a hacer cualquier cosa. Termine pintando un cuadro bastante colorido que es el que se puede apreciar a mi izquierda. No recuerdo cual era la idea principal, si es que había una, pero termino siendo este paisaje digno de Caminito.

Otro día tuve la intención de pintar un escenario con un telón, y muchos seres humanos dentro de el, sostenidos por unos hilos enganchados en los hombros y en las piernas. Arriba pensaba pintar unas manos, que iban a ser las manos de Dios o de El Diablo que nos iban a estar manejando a piacere. No me salió. Y termine pintando esta noche estrellada.
Después de pintar estos cuadros me separe. ¿Será algo simbólico?
A mi ex le deje manchas de acrílico por todos lados, no me acuerdo si las manchas salieron o no, pero le quedó algo colorido para recordarme.
Cuando me separe, me mudé a una pieza de una amiga y no tenía lugar para poner casi nada, entonces los cuadros fueron depositados junto con varias de mis cosas en el lavadero del departamento de mi ex, por el. Mi primer cuadro (arriba) quedó ensartado sobre un fierro y le quedó un agujero (¿Qué me habrá querido decir), el otro se salvó. Igual era el que menos me gustaba.

Después de que me separe, nunca más volví a pintar.