lunes, 21 de julio de 2008

La Reinventada Trinidad

Dicen que una buena manera de lidiar con los miedos y las fobias es enfrentarlas. Una manera de llegar a enfrentarlas, es hablar de ellas. En esta oportunidad voy a hablar de uno de los elementos que mas asco me producen sobre la faz de esta tierra.
EL HUEVO.
Las ocasiones en las que he tenido que llevar a mi boca su consistencia, su color y su sabor; han logrado hacerme desear no haber nacido. Todo lo que se relaciona con el huevo me produce ganas de insultar a voz en cuello. No hay ninguna variante en su cocción que pueda llegar a hacer que mis papilas gustativas digan “Si, acepto”.
Aclaro que solamente estoy hablando de los huevos de gallina o similares. La razón de mi aclaración se debe a que este verano, en el campo de un amigo, tuve que soportar durante un par de días a un pibe altamente idiota, quien no cesó en preguntarme si los huevos de pascua también me daban asco, si los huevos humanos me daban asco (pregunta cliche si las hay), si a mi me decían que era un rompe huevos porque los huevos me daban asco y los quería destruir, etc. No cesaba de hacer comparaciones tan inteligentes como esta, y en ningún momento se sintió acobardado por mi cara de culo. Solamente los huevos amarillos y blancos son el objeto de mi odio, con los demás está todo bien. Sobre todo con los humanos.
No tengo recuerdos de haber disfrutado de ningun huevo en ningun momento de mi vida. Sí tengo recuerdos de haber tenido que soportarlos en momentos en los que comía practicamente cualquier cosa, y no me detenía a analizar que era lo que desentonaba con el sabor general que estaba degustando. Hubo una epoca en mi niñez en la que podía llegar a tragar sin nauseas la parte blanca de un huevo de codorniz. Creo que era por su tamaño. Si se hubiera tratado de un huevo de gallina ni siquiera lo habria considerado.

Huevo Duro: Este es el punto de partida de mi asco. Muchas veces me dispuse a degustar una sabrosa empanada de carne y me encontre con los pedacitos de la inmundicia infectando todo el alimento y tuve que sacar pedacito por pedacito para poder comer. Ha sucedido también, que la empanada había sido conquistada por este enemigo de una manera tal que tuve que desistir del alimento y pasar hambre.

El huevo pasado por agua: El siguiente nivel de mi asco. No alcanzaba con que el huevo tuviera ese sabor tan nauseabundo, habia que darle esa consistencia blanda que empeorara su sabor y que agregara pestilencia aromática, logrando que tenga que apartarlo de mi para no vomitar.

El huevo frito: Mi asco magnificado. No hay palabras que puedan describir lo que siento ante su presencia. Empieza por el pánico, a este le sigue la sensación de nausea y culmina en una refinada indignación. Cuando alguien tiene la osadía de hacerme un mal semejante como es comer un huevo frito en mi presencia, solamente los que me conocen bien saben el autocontrol que tengo que ejercer para no perder la compostura y salir corriendo.
En repetidas ocasiones pedí una hamburguesa completa con lechuga, tomate, queso y panceta. SIN HUEVO, POR FAVOR. Cuando veo que el mozo trae mi plato con la deseada hamburguesa, mi corazón palpita desenfrenadamente al ver ese monstruo blanco y amarillo desparramado arriba de mi manjar. ¿Como podría explicar mi frustración? Imaginense que se piden un sabroso helado del gusto que ustedes prefieran y que el heladero lo corona con un bombón de materia fecal y podrán entenderme.

Creo que gracias a que aborrezco al huevo, soy ateo. El huevo es una concentración de materia desagradable que representa a Dios en la tierra. He intentado explicar esta teoría repetidas veces sin lograr que alguien pudiera interpretar mis palabras. ¡Oh, hombres necios! ¡Hacedores de falacias! ¿Tan dificil les resulta ver que el huevo representa la santisima trinidad?, es decir: El Padre, El Hijo y El Espiritu Santo. Estas son las tres personas de Dios. Los tres pueden funcionar de forma separada, pero a la misma vez los tres son uno, los tres son parte de lo mismo. Siendo El Padre: el verbo y acción, El Hijo: su forma humana y El Espiritu: bueno... lo espiritual supongo. No vamos a hablar de machismo en este momento, ya que la religión diocesana es la mas grande expresion legal del machismo chovinista. El idioma español ha logrado- sin proponerselo- redimir a esta trinidad incorporando a la figura femenina.
El huevo es un varón que encierra a dos mujeres españolas: Clara y Yema. Los tres son huevo, y los tres se pueden usar en forma separada. A su misma vez, los tres son parte de lo mismo. El huevo se puede llamar al producto terminado por la gallina (o cual sea el ave que lo produjo), Clara tomaría el lugar de Jesús y Yema tomaría el lugar de Ghost (el espíritu). Mujeres feministas: ¡Levanten su copa por esta merecida reibindicación!
El huevo en mi vida representa la materialización de Dios y su forma de querer ajusticiarme por no seguir sus caminos. Si es que el me está escuchando en algún lugar del universo tengo esto para decirle: He seguido tu camino, y descubrí que prefiero el camino de los impíos, de la misma forma que me he atrevido a probar el huevo en todas sus formas posibles y descubrí que prefiero no consumirlo.

Para quien decida seguir mi misma doctrina: No te rindas. No estás solo. Mandame un email y armaremos una revolución.

Gracias.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

yo fui testigo cuando una vuelta pedimos las hamburguesas y a marce le pusieron un huevo frito arriba y le quedo todo el jugito del huevo ene l pan y no lpo queria comer, lo pusimos en un plato y me lo comi yo y el boludo miraba para otro lado juaaaaaaaaaaaaaaaa

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

me parece que cada uno puede creer lo que quiere pero no tenes porque herir a los que creemos en dios. yo no me pongo a insultar sus creencias por mas que me parezcan erradas

Marcelo dijo...

Anónimo:
Lamento haber hecho sentir mal, pero en ningún momento hable mal de Dios. Solamente dije que no me interesa practicar religión y no me parece que esto sea ofender a nadie.

Saludos

Marce

matutesf dijo...

interesante analogia de la santisima trinidad...
Yo no puedo comer las brenjenas en ningunas de sus variantes...
Cada uno tenemos comidas que no nos gustan, pero no me puse a pensar en que proyectarlas...

Anónimo dijo...

Marce, estoy con vossss....todo el apoyo...revolution now!!
No al Huevo
SaynoANTO

Anónimo dijo...

esa yema superyo pepe grillo que invade la creatividad de la clara del ello.
Ya tengo mi bandera antihuevo jaja
Saludoss

Marcelo dijo...

Gracias por empezar la revolución conmigo anto
sos muy linda

MARCE