viernes, 22 de agosto de 2008

Templo Del Espíritu Santo (parte 1): Cuatro Ojos

"¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, que tenéis de Dios, y que no sois vuestros?"
(1 Corintios. 6:19, La Biblia)


Desde que tengo uso de razón escucho que la gente dice “¡Que lindos ojos que tenés, Marce!”. Cuando era más chico no veía que tenían de especial o diferentes. Creo que en algún momento de mi adolescencia en el que me vi en el espejo y me daba la luz del sol dije “Ah, debe ser porque son claros”. Pero hasta ese entonces, cuando la gente me decía algo de mis ojos me parecía que eran todos miopes.
Puede que la razón de esto resida en un hecho puntual que ocurrió cuando estaba en primero o segundo grado. Una noche me encontraba en la paz del hogar coloreando un librito en la mesa de la cocina. Mi mamá, al lado mío, hacía alguna manualidad como coser o tejer. De repente se queda observándome y me dice “A ver, Marcelo, mirame”. No recuerdo esto con exactitud porque era muy pequeño, pero mi mamá dice que cuando levante la cabeza para mirarla, tenía un ojo totalmente torcido hacia el centro. Mi mamá, en su tono melodramático habitual, gritó: “¡Ay, Jesús! ¿Qué te pasó en ese ojo?”. El ojo torcido había llegado a mi vida para quedarse.
Desde ese día en adelante fui visco. Todo lo veía doble. Dos cuadernos, dos pizarrones, dos biromes. El problema no era solo ver dos cosas, sino adivinar cual de las dos cosas que veía era la verdadera. Por ejemplo, si venía caminando por algún pasillo y me encontraba con una escalera, tenía que descifrar cual era la escalera y cual era la pared para no romperme la nariz contra los ladrillos. Alguna vez que otra mi mamá me pidió que le alcanzara algo y en vez de dárselo a ella se lo daba al aire. Muchas veces cuando alguien me hablaba y yo le contestaba, la otra persona me preguntaba “¿Me estás hablando a mi?”.

Sigo insistiendo: ver doble no era algo que a mi particularmente me entristeciera. Supongo que en ese momento me lo tomaba como un acontecimiento mas de la vida. ¿Qué querés? Tenía solamente seis años. ¿Qué clase de planteo existencial puede hacerse uno a esa edad? Lo que si me avergonzaba era ser el objeto de las cargadas de mis compañeritos del colegio. Fue en esa época en la que mi psiquis decidió acomplejarse por todo lo que estuviera a su alcance (algo que perduró en mi durante años por venir). Es evidente que a esa edad no estamos preparados para los planteos existenciales, pero si para mortificar a otros seres vivos. La crueldad es una de las características humanas para las cuales no necesitamos maduración ni enseñanza. Me acuerdo como si fuera ayer que los nenes me dibujaban en sus cuadernos. Mi retrato consistía en un circulo con dos círculos mas pequeños en su interior totalmente torcidos, igual que mis ojos. Después se pasaban el retrato entre ellos y se cagaban de risa como si fuera la primera vez que lo hacían. O sino me decían “Marce, date vuelta” y cuando yo me daba vuelta y les enseñaba mis ojos chuecos alguno decía el chiste que se había convertido ya en un clásico para todo el mundo: “¿A quién mirás? ¡¡Ajaja, ajajaj, ajajja!!”. Yo me daba vuelta gruñendo algo por lo bajo, que era lo que a ellos mas les divertía ver. Se que esto era así porque en otros momentos de la vida, me pasé su bando y mortifiqué gente. Pero eso lo dejo para mas adelante.

En pos de terminar con esta desviación ocular, mi mamá me mandó al oftalmologo. Me pusieron anteojos. ¡Que raro era verme así! Necesitaba mucho aumento para poder corregir mi ojo, entonces mis gafas eran bastante gruesas. En consecuencia, tenían un marco muy aparatoso. Mis compañeritos, por suerte ya no me decían visco. Ahora me cantaban “¡Cuatro ojos!¡Cuatro ojos!”. Cuando no me cantaban me llamaban "¡Eh, vos! ¡Anteojudo!". En esa época los chicos veiamos el club de Anteojito y Antifaz, asi que quienes decidían ser mas amigables me llamaban "Anteojito".
A mis anteojos después de esto empezaron a sucederle todas las calamidades. Los perdía, me sentaba sobre ellos, se me rayaban, me los sacaban, me los rompían, los tomaban de mi pupitre para jugar a los pasecitos, etc. No quiero imaginar la cantidad de dinero que mi vieja habrá tenido que gastar en anteojos nuevos.
Mis ojos torcidos estaban siendo un problema social para mi. No reparaba en el aporte que le hacían a mi cuerpo- ya que cuando los tenía puestos, mis ojos estaban perfectamente derechos- sino que solo representaban un detonador de humillaciones. Con ellos puestos, era el patito feo. Sin ellos puesto, era el cisne feo. No había escapatoria. Que narcisista de mierda.
Tal fue mi incomodidad con esos artefactos, que a medida que fui creciendo y mis ojos se fueron enderezando, fui dejando de usarlos. Ahora mis ojos se torcían solo ocasionalmente, o en determinadas circunstancias, por lo que ya no era necesario tenerlos puestos todo el tiempo. No recuerdo como pasé de usarlos poco a no usarlos nunca mas. Seguramente los haya perdido. Esa era la manera que tenía de lidiar con lo que no podía manejar.

Hoy en día tampoco uso anteojos, pero me sucede lo siguiente. Mis ojos se siguen torciendo en momentos al azar, o cuando fijo demasiado la vista, o si me pongo nervioso y tengo que leer algo en frente de otra gente. Con los años desarrolle un sistema para hacer que mi ojos se vuelvan a enderezar cuando está torcidos, pero durante un rato tengo la visión un poco nublada.
Ese fue el resultado del primer signo de narcisismo en mi vida. Lo interesante es que hoy en día no me molestaría en lo mas mínimo usar anteojos, es mas, creo que me quedan muy bien.
Claro, ahora puedo ver que era una boludez. Ahora que por mas que use anteojos hasta para dormir, el problema ya no se va a corregir.

A lo largo de mi vida aprendí que el narcisismo siempre resta. Siempre crea irrealidades. Podría haber valorado que la naturaleza me había dado un par de ojos lindos, de un color peculiar que cambiaba según el clima, pero preferí ver que me habían castigado con unos ojos viscacha. Por suerte hay cosas que mejoran con la edad.
Mis ojos torcidos cuentan una historia por si solos, como cada parte de mi cuerpo. Mi cuerpo es un libro narrador de muchas historias. Esta fue la primera. Después te cuento mas.

Chau


9 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo siempre tuve complejo cuando me habla un vizco, no se que ojo mirarle y termina dandome dolor de cabeza, asi que fijo la mirada en un solo ojo, justo el que me esta mirando bien, porque sino tengo que bajar la cabeza y siempre pienso que si lo hago me van a mandar a la m... Me pasa igual con la gente con problemas fisicos de toda indole, trato de no mirarlas,como si fueran personas normales. Muy loco lo mio.

Marcelo dijo...

Lo que te pasa a vos es lo que le pasa a toda la gente. Ver algo que va contra la norma o contra lo que es mayoritario, es chocante. Sea lo que sea. Yo trato de no hacerlo porque me encontre en el lugar del deformito, entonces se lo que se siente. Pero tambien se lo que es estar del otro lado, es dificil. Las dos posturas son entendibles a mi criterio

besos

Marce

Anónimo dijo...

No hay que darle entrada a la sociedad a las personas con desvio en los ojos. Nestor Kirchner tiene desvio en la mirada por lo que tiene una vision distorcionada sobre el futuro del pais ademas descrimina a las clases sociales. Quien es quien en este mundo. :))

srita. limón dijo...

che, que fea la palabra normal.

Unknown dijo...

Probrecito el viscochito, yo igual te quiero y se lo que es ser discriminado.A mi de chico me jodian por ser gordito, y a veces no la pasaba bien, en especial en verano cuando tenia que ir a la colonia (que cosa tan odiosa la colonia). Pero ya creci, tengo un cuerpo escultural (jajaja) y los que me decian eso, ahora estan casados, gordos y dejados. Todo se paga en la vida, jajaja. Besos

Santos dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Marcelo dijo...

Srita Limon:
Es verdad... no se porque no dije nada al respecto...

Pablo:
Ajaja gracias! Sos un bonito! Y es verdad que sos una escultura, asiq ue los demas que se jodan! jaja

Comentario Suprimido:
Santi! Se que eras vos! No sabia de la existencia de tu blog! Como no me dijiste? No se xq suprimiste el comentario, pero fijate alguna vez que estemos ahi y que yo tenga q leer algo, se esconderlo bien, pero quizas te des cuenta de mi visquez

neutral dijo...

ah yo también cuando me pusieron anteojos y era chiquita me decían todo eso (pero peor cuando antes d elos anteojos yo me sentaba en la tarima al borde del pizarrón para poder copiar la tarea no?)

y entonces hice lo mismo con mis anteojos

los perdía, los rallaba, se rompían

los odiaba. en fin

:) aguanten tus ojos

tengoq ue leer de acá para arriba estoy re atrasada
un beso
y te entiendo!! (por lo del otro día)

Marcelo dijo...

Neutral:
Sos una bonita! Se me enterneció el corazón porque te imagine copiando del pizarron ahi sentadita en el borde. Que linda! Tengo que ir a hacerme anteojos igualmente. Desde que escribí este post se me tuercen mas!

:-(

Marce