lunes, 4 de agosto de 2008

Inexperiencias Traumáticas: "Tan Suavecito..."

Mientras era miembro de la comunidad adventista, siempre fui la oveja negra del rebaño y era claro que no pertenecía. No tenía amigos y creo que a nadie le caía demasiado bien. Por eso cuando en el año 1991 se unieron a la congregación Francisco y su mujer Roxana (nombres falsos que inventé para que no haya discordia), la vida se me alegró.
Eran gente muy simpática y abierta, recientemente conversos a la fe.

Mi primer encuentro con Francisco Jimenez fue una tarde que me escuchó tocar el piano. Estaba componiendo una canción que era un poco melancólica y se acercó a conversar. El era fanático de las comedias musicales, Barry Manilow, Barbra Streisand y toda la música melosa y romántica que existiera, entonces se sintió instantaneamente atraído por mi habilidad musical.
Entre los adventistas yo estaba acostumbrado a tocar y escuchar solamente musica religiosa o clásica, ya que para ellos, otros estilos musicales son satanicos, entonces el que el me hiciera conocer otros generos, fue una bocanada de aire fresco. Naturalmente, pese a nuestra enorme diferencia de edad, entablamos una relación de compinches muy estrecha.
Francisco después me presentó a Roxanna, y también nos caimos bien mutuamente. Empezé a ir a la casa de ellos después de la iglesia y muchas veces que iba al centro me quedaba a almorzar o a cenar, y charlabamos. Yo estaba viviendo un momento de transición importante porque había vuelto de vivir dos años en un colegio internado adventista en Entre Ríos, donde la vida era religiosa casi 100 %, y ahora vivía nuevamente en Buenos Aires y asisitía a un colegio “mundano”, donde me mostraban otra realidad totalmente diferente. Necesitaba tener alguien que me entendiera, ya que me sentía un extraño en todos los ámbitos. La única persona que en ese momento podía llenar ese lugar, era Francisco.
Hablabamos de todo. El me contó un montón de cosas de su vida y me gustaba mucho contarle sobre mi y sobre mis inquietudes. El decía que veía un montón de el en mi, y que lo hacía acordar a cuando el era adolescente. Era un gran admirador de mi talento y se podía pasar horas escuchandome tocar el teclado cuando iba a su casa. Podría decirse que de alguna manera pasó a desempeñar un rol paterno del cual yo era carente.

Una noche que fui a cenar a la casa de ellos, después de un programa especial que había en la iglesia, Roxanna me preguntó si me quería quedar a dormir. Era tarde y hacía mucho frío, asi que acepté. Me armaron una cama en el sillón del living y esa noche con Francisco nos quedamos viendo videos viejos que el tenía y charlando hasta altas horas de la noche.
En ese edificio, recuerdo que había losa radiante, y siempre se iban de tema con la temperatura y te morías de calor. Me quede en remera y calzón tirado en el sillón, bebiendo mi limonada, mientras Francisco me contaba muy animado algo que ya no recuerdo. Era tarde y el sueño que tenía era terrible, estaba haciendo todo el esfuerzo del mundo por seguir escuchandolo, pero llegó un momento en el que mis ojos se cerraron inevitablemente.
Por un instante los entreabrí y ví que Francisco se había sentado al lado mío:
“¿Tenes sueño, Marce?”
“Si, no puedo mas”, dije casi desvanecido. Mis ojos se cerraron nuevamente.
No se cuanto tiempo habrá pasado, pero los volví a abrir. Hubiera preferido seguir durmiendo creo. Me había dormido boca arriba con las piernas separadas y lo tenía a Francisco encima mío con su mano acariciando mis nalgas por adentro del calzoncillo. Por un momento no entendí bien que pasaba y me quede mirandolo. El me miraba sonriente, con una expresión libidinosa que nunca le había visto. En ese momento intenta meter un dedo en mi ano y murmura:
“Uh... tan suavecito... mmm... si... tan suavecito”. Y sigue mirandome con esa expresión fantasmagórica.
“¿Qué?”, pregunte casi susurrando.
“Precioso...”, dijo el en un susurro aún mas debil.
“Sacá la mano.”, dije debil pero imperativamente. El la sacó instantaneamente. Acto seguido, me levanté y me metí en el baño. Antes de cerrar la puerta escuche que Francisco me decía: “Marce, esperá”. ¡Slam!
Me sente en el inodoro asustado como si hubiera visto un fantasma. Recuerdo que una de las piernas me temblaba violentamente. Me sentía mareado, como con nauseas. No entendía que era lo que había pasado.
Era Francisco. Mi amigo, mi figura paterna. Ese mismo Francisco se estaba aprovechando de que yo estaba dormido... ¿para tocarme? No lo podía entender. ¿Como era posible? Yo tenía 16 años y el era un viejo de 34, y además estaba casado con Roxanna. O sea que todo este tiempo todos esos elogios, todas esas conversaciones, todas las cenas y confesiones, todo eso de su personalidad que el decía ver en mi, ¿habían sido solo excusas para terminar amasandome los gluteos... o lo que siguiera después? Nada tenía sentido, era demasiado básico. Pero por mas que lo pensaba y lo pensaba, no parecía existir otra explicación.
Seguía sentado en el inodoro viendo como mi pierna temblaba como si tuviera parkinson, cuando escucho que una puerta se abre y Roxanna pregunta: “¿Que pasó, Francisco? ¿Qué fue ese golpe?”. No podía escuchar lo que decía el porque hablaba demasiado bajo. “Bueno, vení a la pieza un segundo que tengo que decirte algo”. Espere a que los dos se hubieran ido y salí del baño. Me tape con la sabana y trate de dormir. Un rato mas tarde escuche que Francisco entraba al living nuevamente, caminando muy despacito:
“¿Marce? ¿Dormis?”
“Estoy tratando”, conteste seco
“¿Te puedo hablar un momento, por favor?”
“Ahora no Fran. Mañana. Sino no me duermo mas”
“Es que Marce, me siento muy mal, necesito hablarte”
“Bueno, yo también me siento mal. Pero ya está. Ahora quiero dormir.”

Al otro día mientras desayunabamos, Francisco intentó explicarme que no entendió lo que le pasó. Que me vió ahi tan chiquito y frágil que por un instante no pensó y se le confundieron las cosas. Que el solo quería cuidarme. Que solamente fue algo que ya pasó y todo podía volver a ser como antes. Yo le dije que nada podía ser como antes. Yo ya no podía creerle las cosas que me decía y las explicaciones que me estaba dando me sonaban a excusas baratas para salir del paso. El se puso a llorar y me contó sus problemas con Roxanna, todo lo que yo significaba para el, etc. Yo le dije que no podía lograr creerle nada de lo que me decía. Por último, resignado, me preguntó si podía ser discreto con lo que había pasado. Yo me quedé pensando un momento y le dije: “Estas cosas las puedo manejar solo. No necesito andar chillando por ahi.”
Durante un tiempo no hable con Francisco, me era imposible poder comunicarme. Mas adelante hablamos un par de veces, pero lo que teníamos se había quebrado y cuando renuncié a la fe adventista, no volví a verlo nunca mas.
Creo que esa experiencia a mis 16 años fue el fin de mi inocencia. El principio de quién soy hoy. Francisco con su acción se llevó de mi varias cosas que nunca volvieron.
Nunca supe que fue lo que le dijo Roxanna en la pieza a Francisco mientras yo estaba encerrado en el baño, pero tengo la sospecha de que ella sabía muy bien las andanzas de su marido.
Muchos años después, cuando ya había pasado mis 27, conocí a un chico de unos 17 años que empezó a trabajar conmigo en un espectáculo. Le gustaba el jazz cantado igual que a mi, entonces hablabamos de grupos y cantantes muy seguido. Un día viene con varios cds y me los hace escuchar en el disc man, eran unos cds de Dinah Washington que tenían demos raros y sesiones de ensayo. Le pregunte donde había conseguido esas joyas. Se los había grabado un señor medio viejo que había ido a ver un show en el que el bailaba, era un tipo re capo que tenía todos los cds del mundo.
Una sensación demasiado familiar...
¿Como era su nombre? “¡Francisco Jimenez!”, respondió el chico.

13 comentarios:

neutral dijo...

me siento medio rara de inaugurar los comentarios de justo este post, pero tenía que decir que es genial todo este blog... me lo pasó ivanna (soy irene).. me re colgué leyendo.

reci+én estaba en el de fui siendo muchos a lo largo de mi vida, y el pastor adventista y me acordaba de nuestra charla fuera d ela fiesta del señor sri sri no sé si te acordás


y bueno... es choto.

nada :) saludos

Marcelo dijo...

Ey Irene! QUe bueno que pasaste a visitar, muchas gracias por ignaugurar el comentarismo.
Ahora entenderas porque cuando veia a los seguidores de sri sri y su ciega devoción me ponía tan de mal humor. Tenemos una cabeza que está hecha para pensar, y la gente que acepta los estatutos de otro sin siquiera cuestionarse porque lo está haciendo me lleva a un pequeño viaje al pasado, de un lugar del que necesite salir.
Uy me puse re filosófico...

Te mando un beso enorme y nos seguiremos leyendo!

Marce

Rosarioso dijo...

Muy buen relato, no es la primera vez que escucho una historia así...
Me parecen detestables los abusadores.
Por suerte vos saliste entero!!
Saludos

Marcelo dijo...

Gracias por pasar, Rosarioso. Anduve leyendo tu blog y me divirtió. Me costó un tiempo pensar si este flaco era un abusador, lo veía mas como un desilusionador que otra cosa...

Saludos para vos tmb!

Marce

Anónimo dijo...

Yo tambien tuve una amistad similar. Cada vez que iba a cenar la mujer se ponia muy nerviosa o era por naturaleza asi. Creo que intuia que era gay. El me contaba de que habia tenido un amigo casado ya fallecido, con el que tenia relaciones y se juntaban a ambas parejas a cenar. Con el tiempo la mujer se le genero un cancer de estomago. Habra sido por la vida infeliz que llevaba.
Yo termine alejando de ellos,nunca paso nada, fue muy respetoso conmigo.
Al tiempo me entere que se lo llevo la parca. En fin la buena parca se lo llevo con su novio y la mujer esta recuperada del cancer, empezo a vivir. Gracias a la buena amiga Parca. Final Feliz.
Si quieren onda con casados aca van unos tips.
Nunca tienen tiempo, hay que amoldarse a sus tiempos.
Siempre fantasean con dejar a la mujer, pero nunca lo hacen o meten en medio a los hijos para zafar del reproche.
Son por naturaleza mentiroso.

Marcelo dijo...

Tenes razón, mejor no engancharse con casados. Ya sabes que partis de una base no muy solida.

Saludos pamperito!

Marce

Anónimo dijo...

Hola Marcelo, no nos conocemos pero vengo siguiendo tu blog desde hace un par de semanas cuando di con el casualmente mediante un buscador, en busqueda de otra cosa. Solamente quería comentar que me moviliza mucho tu manera de contar las cosas y creo que este es el primer blog que me pongo a leer sin aburrirme.
gracias y te mando un saludo

Mati

me.- dijo...

wow, qué historia

excelente cómo escribís

Marcelo dijo...

Muchas gracias, Superada.

Volvé cuando quieras!

Marce

Inspeculum dijo...

Excelente, como siempre. Y con un tema que justamente me está ocupando: lo increíblemente difícil que nos resulta analizar un acontecimiento contemporáneo, ya sea personal, histórico, emocional o lo que fuera. Como si el puro presente nos negara la posibilidad de intervención racional. Y si a eso le sumamos el hecho de ser adolescente, la confusión se acrecienta. Y si debemos lidiar con cosas que desconocemos, se vuelve inmanejable desde la cabeza.
Well, next Tuesday we'll split the "thing", if the health of Juliet's mom allow us.
Yours truly
A.

Marcelo dijo...

Para mi muchos de los acontecimientos de mi vida se me esclarecen un poco cuando hablo de ellos acá, es raro, pero en el momento en el que sucedieron o tiempo después, me doy cuenta que no los analizo como los analizo cuando los estoy escribiendo. Supongo que por eso lo hago.
What happened to Juliet's mom??

besos

Marce

Anamaria Mccarthy dijo...

Está buenisimo tu blog Marce, la forma en que escribes es clara, emotiva y llena de imágenes ... nuevamente felicitaciones por este blog .. está genial !

Marcelo dijo...

Muchas gracias Viva por leer y pasar por mi quilombete. Es una experiencia muy liberadora para mi hablar de todas estas cosas y está bueno saber que hay gente que las lee ;-)
Despues te linkeo desde acá

Besotes!

Marce